Aquí te contamos otra forma de hacer turismo, con impacto social y conectando a fondo con comunidades de esa cultura que quieres conocer:
¿Qué es el Turismo Comunitario?
Está es una nueva forma de hacer turismo con un enfoque social y ambiental, se caracteriza porque el recurso económico les llega directamente a las comunidades nativas ya que son ellas quienes se vuelven guías y prestadores de los servicios turísticos, es decir, vas a conocer la cultura de primera mano y sin intermediario, lo que a la final es un ahorro en tu inversión de viaje.
El objetivo es usar el turismo como una herramienta de transformación social en conjunto con las comunidades, impulsar el crecimiento económico y bienestar social de comunidades afro, indígenas y campesinas en Colombia.
¿Cuáles son las diferencias entre el turismo tradicional y el turismo comunitario?
Con el turismo comunitario no estarás en un hotel descansando, estarás con diferentes comunidades étnicas aprendiendo de sus costumbres, su cultura y aportándoles, no solo con el dinero, sino con servicio comunitario, ejemplo: pintar alguna casa, tejer canastas, recoger basuras de las playas, etc., Además, que te saldrá muy económico y tu experiencia será totalmente inmersiva.
¿En Colombia, dónde puedo hacer turismo comunitario?
Aquí te dejamos nuestros recomendados con planes de turismo comunitario en Colombia pero hay muchos más activos en varias parte del país:
¡Quiero un testimonio real!
Una de nuestras integrantes de Zipaquirá Turística hace un tiempo hizo turismo comunitario en Bahía Solano, Chocó. Aquí su testimonio:
“Viajé con Mochileros X Colombia en marzo de 2021, viajaba sola con la expectativa de conocer el Chocó y esta nueva forma de hacer turismo, aquí mi experiencia:
Ellos (Mochileros X Colombia) se encargaron de todo, el plan incluía los tiquetes, el alojamiento, la alimentación y las actividades. El día del viaje todo funcionó muy bien y éramos apenas 3 personas (una pareja y yo) los que viajábamos a esta aventura, al llegar al aeropuerto de Bahía Solano, Chocó, nos recibió uno de los guías y nos llevó hasta el hotel en los famosos “Tuck-Tuck”, al llegar al hotel “Posada El Nativo” que quedaba a unos pasos de la playa. Nos recibió uno de los miembros de Mochileros y nos dio algunos detalles: Una gorra, una mini totuma por si se nos atravesaba un viche* y un tapabocas porque estábamos en época post-covid. Luego de instalarnos almorzamos un plato muy chocoano: pescado encocado con arroz de coco, plátano y jugo natural, una de las comidas más deliciosas y enorme de mi vida; Y luego empezamos con la primera aventura del día: Aprender a surfear.
Foto de nuestra clase de surf con un nativo.
¡Advertencia! Aunque tenga por nombre “Océano Pacífico” en realidad no tiene nada de pacífico, así que, si van a nadar o surfear deben hacerlo con precaución, sabiendo nadar y nunca subestimando el poder del mar. Luego de una tarde de intentos para surfear fuimos a comer y descansar.
Al siguiente día, nos levantamos a las 6:00 a.m. porque teníamos nuestra gran caminata hasta la cascada “El Salto del Tigre”, majestuosa sin duda, al pasar por una gran montaña formaba pequeñas piscinas de agua cristalina en las que podías nadar y su caída era directamente en el mar. Luego de casi 5 horas de caminata por la playa, roca volcánica y selva del Chocó, llegamos a la tal aclamada cascada y puedo decir: Valió totalmente la pena y volvería a hacerlo, además de que aprendí de la flora y fauna chocoana de primera mano porque nuestro guía “Kike” conoce muy bien su territorio. (Si quieres puedes ir por el otro camino que es en lancha pasando por unas cuevas para ver murciélagos y dura menos).
En clase de flora y fauna del pacífico colombiano con nuestro guía Kike.
Al caminar por las playas nos detuvimos a recoger parte de la basura que trae el mar, y aprendí que el 95% de esa basura viene de otros países pero que los afectados son los pobladores del Chocó. A pesar de recoger 5 lonas con plásticos aún quedaba mucho por recoger.
Al día siguiente fuimos al Parque Nacional Natural Utría, fuimos en lancha porque la caminata del día anterior nos había dejado agotados, y seguimos aprendiendo sobre las especies nativas y que ese parque es el lugar en el que las ballenas tienen a sus ballenatos y les enseñan a nadar antes de salir al mar.
Al final del día nos sorprendieron con una presentación de baile del grupo de jóvenes Yemaya, que le apuestan al arte para no vincularse con negocios como el narcotráfico (el camino fácil y rentable que sigue desangrando a las comunidades de Colombia). Nos enseñaron sus bailes típicos y al final intercambiamos experiencias y brindamos con un viche.
En esos días conocimos playas escondidas, arrecifes llenos de muchas especies acuáticas, probamos la típica gastronomía del pacífico, compramos artesanías de mujeres cabeza de hogar de la zona, recorrido el Río Tundó con guías locales, apreciamos la riqueza natural del Chocó y de su gente.
Para finalizar les dejo esta foto de una noche que salimos a recorrer las playas con la Asociación Caguama, encargada del rescate, cría y liberación de tortugas marinas. Vimos tortugas, plancton luminoso y las estrellas que sin duda en la ciudad no se pueden ver.
Arriésgate a vivir una aventura de turismo comunitario y sumarle un propósito a tu viaje.
*Viche: Bebida alcohólica tradicional de la costa pacífica de diferentes sabores y a muy buen precio.”
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